martes, 28 de junio de 2016

Bud Spencer en autopista hasta el cielo

Carlo Pedersoli, minutos antes de entrar en el cielo.

"Y si no, nos enfadamos"

lunes, 13 de junio de 2016

Desnuda

Pequeño dibujo a lápiz, realizado entre tertulias televisivas varias.

"Aquí está nublado como para ir fresquita"

domingo, 5 de junio de 2016

Paul McCartney. Hello, Goodbye.

Tras 12 años, el músico británico ha accedido a pasarse por España. Tras MUCHO tiempo, un zurdo galaico ha tenido algo de pasta como para poder ir a verlo. Paul McCartney dio un único concierto en el país, reuniendo a un público que, dependiendo de la fuente, rondaba las 42.000 o 45.000 personas. Intuyo que el periódico de Marhuenda no recurrió al que hace recuento de manifestantes, o podemos imaginarnos que su cifra estaría en menos de 500 personas.

"Aquí, en Woodstock"

 A Hard Day´s Night.

Jueves, 2 de junio. Viaje al norte, reunirse con gente, y salir pitando al aeropuerto, para llegar sobre las 5 y pico de la tarde a Madrid. La encargada del hostal te arregla todo con rapidez para intentar que llegues con tiempo al Vicente Calderón. Tras llegar al estadio y sorprenderse de cierta velocidad para acceder al mismo, tocó "animarse" con un DJ emperrado en destrozar temas de The Beatles, al igual que otros tantos de la carrera del zurdo de Liverpool, con Wings o en solitario.

"¡Que empiece ya!"

Pasadas las 9 y media, sonó el primer acorde de "A Hard Day´s Night". Con él salió Macca y su bajo Höfner para cantar aquello de "you know I feel alright". A los 73 años, estar bien ya es bastante. Sin aparente rastro de canas y con ropa ceñida, continuó la actuación con "Save Us", un tema más moderno.

Hago un parón aquí para dejar claro que, antes de nada, el señor de el escenario, el cual pude ver casi exclusivamente por pantallas gracias a los miles de cabezones delante de mí, es un bajista de referencia (nadie lo diría cuando toco también un Höfner). Pero eso no impide que uno eche la mirada atrás y no evite compararlo con el McCartney del 2004, el de la última actuación en España. Ahí es donde la cosa palidece.

"El temazo de la noche. Vídeo de Francisco Flores (Youtube)"

Bien es cierto que por ser quien es, por tener los temas tan memorizados, cualquier comparación es odiosa y la exigencia es bien grande, pero los temas de The Beatles sonaron, en gran parte, descafeinados. Con falta de fuerza (ese "You Won´t See Me", carente de los arreglos del Rubber Soul), o dificultad para cantarlas (sigue tocando las canciones en su tono original), Paul dedicó mitad del repertorio a rememorar los 60. Mejor suerte tuvieron temas de sus socios, como "Something" (que no falte el ukelele), o "For The Benefit of Mr. Kite" (que sí, que en los créditos ponen "Lennon/McCartney", pero es un tema del de las gafas casado con una japonesa). Tampoco ayudó que, al comienzo, el sonido no fuese todo lo bueno que se podría esperar: la voz muchas veces pasaba a segundo plano, las guitarras solistas un tanto bajas y quizás demasiada atención en los graves (el Höfner no es un bajo excesivamente potente y entiendo que pueda requerir de ayudas, pero Abe Laboriel Jr, batería, es una bestia parda que no necesita tener un bombo machacón). Aún así, el cantante y multinstrumentista ofreció (casi) 40 temas a lo largo de (casi) 3 horas. 

Ah, y como esto es España, pues claro, el lado garrulo tiene que salir de alguna parte. De hecho, el vídeo-recuerdo del canal de Youtube del artista es el siguiente:


"Lado Garrulo, baby at your breast..."

Faltó Cristiano Ronaldo dando algunos toquecitos.

El recital se compuso de un "very best" de toda su carrera, donde bien podías oír el guitarrero "Let Me Roll It" de Wings, la bondiana "Live And Let Die" (con fuegos de artificio y láser), "Maybe I´m Amazed" (una de mis preferidas), "Temporary Secretary" (qué pasa, a mí me gusta y sonó bien), "Love Me Do", "And I Love Her", o "Here, There & Everywhere" de la primera etapa de los "Fab 4". Sonaron especialmente bien las composiciones más modernas (esa "Quennie Eye", compacta y engrasada; el single saltarín "New"), exceptuando el tema "Four Five Seconds", compuesto para Rihanna, que pese a la aparente facilidad vocal se le hizo cuesta arriba. Se olvidó "Get Back", bastante trillado para mi gusto, pero recuperó "Back In The USSR";  la menos trascendente "Obla-di, Obla-da" consiguió hacer bailar y cantar a toda la aficción, y terminó con una de las nanas más bonitas que un músico de rock podría tocar, la corta "Golden Slumbers", para enlazarla, como ocurría en el Abbey Road, con "Carry That Weight" y "The End".

Un concierto sólido de una banda que sabe lo que hace, y con el que McCartney sabe que va a ganar sí o sí. Cuando un músico tiene tanto tema conocido, cualquier cosa que toque va a recibir un estruendoso aplauso, y miles de voces se pondrán a cantar el tema con él. Por momentos, uno parecía haber caído en un macro karaoke, donde la gente tanto cantaba "Lady Madonna" como coreaba los "Naaaa-na-na narananaaaaaaa" de "Hey Jude". Una noche divertida, rematada con una improvisada orgía. No, no hubo sexo explícito, aunque el calor desprendido por el público del concierto nos acompañó, gran parte del trayecto, en metro. Para mí que viajamos con las 45.000 personas en ese cacharro. La escena del camarote de los Marx, de aficionados en comparación.

I Hope You´re Happy Now

Lo sé, el tema no es del zurdo inglés, pero viene a cuento con lo que cuento (valga la "rebuznancia"). Al siguiente día, cual guiris, procedimos a perder el tiempo en la capital. Despertamos, comenzamos a andar, y, de manera fugaz, vemos a Elvis Costello con pintas de andar desubicado, acompañado de uno de sus trajes violetas y gafas de sol (el sombrero, para el Sol que hacía, se lo había olvidado). Entre la velocidad del músico inglés y lo insólito de la situación (¿quién iba a imaginarse que vería a MacManus, otro de mis músicos favoritos, en plena calle?) no dio tiempo a reaccionar e intentar interceptarlo. Todo se quedó en un escueto "¡Coño, Elvis Costello!". Lástima que no estuviésemos más días por Madrid, ya que tocó en domingo.

De allí a desayunar, visitar el Thyssen (creo que ahí deben de tener, como mínimo, invertidos unos 100 y pico euros); ver alguna tienda de música, toparse con infinidad de tiendas de cómics a pocos metros; ver a la actriz Ruth Núñez (conocida por ser la protagonista de la versión ephañola de "Betty, la fea") o patear un poco por parques para encontrarte a Luis Piedrahita en bici.

Y sudar, ya que, dependiendo del letrero que te topases, la temperatura variaba de 37º a 137º. Tal vez alguno de los dos estaba mal.

Siete Segundos

El sábado tocó levantarse a las 7:30, para abandonar el hostal y salir hasta el aeropuerto. Todavía con legañas y ordenando el equipaje de mano, salgo de la habitación procurando hacer el menor ruido posible. Al cabo de un segundo, suena una vocal, pronunciada por una voz jadeante femenina. Unos segundos más tarde, otro jadeante y efusivo "¡SÍ!". 

Hay gente que sabe darle un giro agradable a eso de madrugar, sin duda.

Ya en el aeropuerto nos topamos con un grupo nacional de cuyo nombre se me escapa. Volvemos a tierras coruñesas, pero no regreso a casa. A la noche, Andrés Calamaro, dentro de su gira "Licencia para cantar", toca en el Palacio de la Ópera. Apartando el rock del anterior concierto suyo al que asistí, aquí se dejó ver con una formación de corte más "jazzista". Nada de guitarras; piano, percusión y contrabajo. 

Calamaro cantó, bailó (cómo lo hizo ya es otra historia) y tocó la(s) armónica(s) en un concierto que mezclaba temas de Los Rodríguez ("Para no olvidar", "Mi enfermedad", la citada "Siete segundos"), pasodobles de ayer y hoy ("El día que me quieras", de Gardel; "Garúa") y temas de su etapa en solitario ("Media Verónica", "Paloma", "Flaca"). Concierto con toques de humor entre temas (algo innato en los argentinos, parece ser), sonido claro y todos los instrumentos nítidos. Los músicos hacían creer que esos instrumentos son sencillos de tocar (Germán Weidemer al piano demostró lo que se puede llegar a hacer con dos manos) y muchas referencias a música y músicos; historias, vivencias y guiños (ese "Miña Terra Galega" al finalizar "Mi Tierra"). 

Fin de semana largo y agotador. Las pilas desgastadas de tanto ajetreo para acabar abrazando cama el sábado noche (temprano), y parte de la tarde del domingo, tras coger el tren hacia el hogar.

¿Que por qué no he enseñado fotos del concierto madrileño, salvo de los momentos anteriores a que comenzase? Bueno, porque la única que saqué se veía así:

"Con esto Iker te saca un Cuarto Milenio"